Control nutricional por los efectos secundarios del tratamiento
Cuando se tiene cáncer y durante el tratamiento contra la enfermedad, la nutrición implica mucho más que consumir la cantidad suficiente de calorías y proteínas. Los alimentos que elija también lo ayudan a sobrellevar los efectos secundarios, como la falta de apetito, las náuseas, los vómitos, la diarrea, los problemas para masticar y tragar, y los cambios en el sentido del gusto.
Así como cada persona es diferente, también lo es su reacción al tratamiento. Los efectos secundarios pueden ser intensos o leves. O quizás no tenga ninguno. Hable con el equipo de atención del cáncer sobre todos los posibles efectos secundarios, antes del comienzo del tratamiento.
Control nutricional de las náuseas y los vómitos
Si tiene náuseas y vómitos, elija alimentos que sean fáciles de masticar, tragar y digerir, por ejemplo, los siguientes:
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Tostadas, galletas saladas y pretzels
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Yogur
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Sorbetes
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Pastel de ángel
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Crema de trigo, arroz, avena o sémola
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Papas hervidas, arroz o fideos
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Pollo sin piel al horno o asado, no frito
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Duraznos en lata u otras frutas y verduras suaves y blandas
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Líquidos transparentes, como caldo; bebidas gaseosas; jugo de manzana, arándanos o uva; bebidas deportivas; gelatina sola; paletas heladas, té y agua
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Trocitos de hielo
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Refrescos gaseosos
Intente no comer lo siguiente:
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Alimentos grasosos, aceitosos o fritos
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Alimentos muy dulces, como caramelos o galletas, o tortas con glaseados
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Comidas picantes o calientes
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Comidas con olor fuerte
Además, tenga en cuenta los siguientes consejos para reducir los efectos secundarios:
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Hable con su proveedor de atención médica acerca de tomar medicamentos para las náuseas al menos una hora antes de comer.
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Coma porciones pequeñas con frecuencia a lo largo del día.
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Consuma más de los alimentos que le resultan apetecibles.
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Coma en un lugar cómodo. Evite los lugares mal ventilados donde haga mucho calor o haya olores de la cocina.
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Ingiera líquidos media hora antes o después de comer, no con las comidas.
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Beba lentamente o tome sorbos de líquido a lo largo del día. Use un popote (pajita) si es necesario.
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Ingiera los alimentos a temperatura ambiente o más fríos, en lugar de calientes.
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No se obligue a consumir las comidas que normalmente disfruta comer, porque puede que dejen de gustarle más adelante cuando se sienta mejor.
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Descanse después de comer, pero no se acueste. Permanezca en posición vertical durante al menos 1 hora después de comer.
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Si tiene náuseas por la mañana, intente comer galletas saladas o tostadas antes de levantarse. Téngalas al lado de la cama.
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Use ropa holgada.
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Si siente náuseas durante el tratamiento, espere un par de horas antes de comer.
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Lleve un diario y anote los momentos en que siente náuseas, cuánto duraron, qué comió y dónde estaba. Para ayudarlo a que controle mejor los síntomas, su proveedor de atención médica puede necesitar la información.
Si vomita, no coma ni beba nada más hasta que los vómitos estén bajo control. Luego intente ingerir pequeñas cantidades de líquidos claros. Comience poco a poco con sorbos pequeños.
Una vez que pueda beber líquidos claros sin vomitar, continúe y cambie a una dieta líquida completa o de alimentos blandos, como jugos de frutas y jugos concentrados, leche, pudines, gelatina sola, cereales cocidos, helado, natillas, sopa colada o licuada, puré de papas en sopa y jugo de verduras.
Informe a su proveedor de atención médica o al nutricionista matriculado si tiene náuseas o vómitos. Hay una serie de cosas diferentes que pueden sugerirle.
Durante el tratamiento contra el cáncer, es importante que ingiera la cantidad suficiente de calorías, proteínas y nutrientes. Esto puede ser especialmente difícil si tiene náuseas y vómitos. Si no puede ingerir la cantidad suficiente de calorías en un día, su proveedor de atención médica puede indicarle que tome productos nutricionales líquidos de presentación comercial durante un tiempo corto hasta que se sienta mejor.