Terapia hormonal contra el cáncer de próstata
Los andrógenos, como la testosterona, son hormonas masculinas. Se producen en los testículos. Las células del cáncer de próstata necesitan andrógenos para desarrollarse. Uno de los posibles tratamientos contra este cáncer consiste en reducir la cantidad de andrógenos en el cuerpo o impedir que las células del cáncer de próstata puedan usarlos. Quizás haya escuchado sobre este tratamiento, llamado terapia de privación androgénica (ADT, por su sigla en inglés). Este tratamiento puede reducir los tumores o evitar que sigan creciendo. No cura el cáncer de próstata, pero puede ayudar a controlarlo.
La terapia hormonal puede usarse sola. O junto con otros tratamientos, como la radioterapia o la quimioterapia. Se puede usar sin interrupción (ADT continua) o en ciclos (ADT intermitente). Usted y el proveedor de atención médica considerarán qué es lo mejor.
Cómo se realiza el tratamiento
La terapia hormonal puede hacerse de muchas maneras, como las siguientes:
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Agonistas de la hormona liberadora de la hormona luteinizante (LHRH). Estos ayudan a disminuir la cantidad de hormonas que producen los testículos. Se administran como inyección o implantes pequeños apenas debajo de la piel (por lo general en el brazo). Esto se hace de una vez al mes a una vez al año. El implante libera una dosis constante de medicamento a lo largo del tiempo. Al empezar la terapia con el agonista de la LHRH, hay un pico breve del nivel de testosterona. A esto se le llama exacerbación. Según dónde se encuentre el cáncer, puede causar dolor y otros problemas. Por este motivo, cuando se inician los agonistas de la LHRH, también pueden administrarse antiandrógenos (ver a continuación) durante las primeras semanas.
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Antagonistas de la hormona liberadora de la hormona luteinizante (LHRH). Este medicamento funciona como los agonistas de la LHRH, pero no provoca un pico de testosterona ni una exacerbación del tumor. Se puede administrar por medio de una pastilla todos los días o de una inyección una vez al mes.
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Antiandrógenos. Estos medicamentos bloquean los receptores de las células del cáncer de modo que no pueden unirse a los andrógenos para crecer. Se presentan en forma de pastillas que se toman todos los días. A menudo se usan con otras formas de terapia hormonal.
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Inhibidores de CYP17. Estos medicamentos impiden que las mismas células cancerosas de próstata, así como otras células del cuerpo, produzcan andrógenos. Se toman como pastillas. A menudo se usan con otras formas de terapia hormonal, que se necesitan para impedir que los testículos sigan produciendo andrógenos.
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Otros medicamentos. Pueden incluir estrógenos u otros medicamentos (como el ketoconazol) para ayudar a reducir los niveles de andrógenos en el cuerpo. Estos medicamentos se usan con menos frecuencia que los tratamientos mencionados más arriba.
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Orquiectomía bilateral. Es una cirugía en la que se extirpan (extraen) los testículos. Esto se hace para impedir que el cuerpo produzca la mayoría de los andrógenos. Pueden colocarse unos testículos protésicos (artificiales) que tienen el aspecto de testículos naturales.
Posibles efectos secundarios
Los efectos secundarios son similares para la mayoría de los tipos de terapia hormonal para el cáncer de próstata. Pero pueden variar un poco según el medicamento utilizado.
Entre los posibles efectos secundarios se encuentran los siguientes:
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Debilitamiento de los huesos (osteoporosis) y mayor riesgo de quebrarse
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Sensibilidad de los senos o crecimiento del tejido mamario
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Reducción del tamaño del pene y los testículos
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Diarrea
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Dificultades para lograr o mantener erecciones (disfunción eréctil)
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Posible aumento del riesgo de enfermedades del corazón, ataque cerebral y diabetes
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Menor interés en el sexo
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Pérdida de masa y fortaleza muscular
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Baja cantidad de glóbulos rojos (anemia)
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Cambios de ánimo, como depresión, irritabilidad o ansiedad
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Náuseas
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Aumento repentino de la temperatura corporal (sofocos)
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Cansancio
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Problemas para recordar las cosas y concentrarse
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Aumento de peso
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Mayores niveles de colesterol
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Dolor en los músculos y en las articulaciones
Cómo lidiar con los efectos secundarios
Algunos de los efectos secundarios son a corto plazo. Pero otros son duraderos. Esto depende del tipo de terapia hormonal que se use y de cómo afecta el cuerpo. El proveedor de atención médica puede darle más información al respecto.
Para ayudar a controlar sus efectos secundarios, ponga en práctica algunos de estos consejos.
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Hable con el proveedor de atención médica acerca de cualquier efecto secundario que note. Quizás le receten medicamentos que lo ayuden a sentirse mejor y a reducir los problemas.
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Si tiene sofocos, no se dé duchas calientes. No use bañaderas ni saunas.
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Haga actividad física regularmente.
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Lleve una alimentación saludable.
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Manténgase activo mentalmente.
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Colabore con su pareja para lidiar con los cambios en su vida sexual.
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Consulte con un psicoterapeuta o ingrese en grupos de apoyo.
Atención de seguimiento
En el transcurso de su tratamiento, tendrá citas de control periódicas con su proveedor de atención médica. También es posible que tenga que hacerse pruebas, como análisis de sangre o densitometrías para controlar si tiene osteoporosis. Estas permiten que el proveedor de atención médica observe los efectos secundarios y si el tratamiento funciona. El proveedor de atención médica hablará con usted de los resultados de las pruebas y de los efectos secundarios que tenga. También considerarán si necesita otros tratamientos contra el cáncer.
Más información
Para obtener más información sobre el cáncer y su tratamiento, visite los siguientes sitios en Internet:
Revisor médico: Jessica Gotwals BSN MPH
Revisor médico: Kimberly Stump-Sutliff RN MSN AOCNS
Revisor médico: Todd Gersten MD
Última revisión:
12/1/2022
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