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Cómo lidiar con el cáncer

La respuesta al estrés es una acción compleja vinculada a cambios en las hormonas y en el sistema nervioso que afectan la mente, el cuerpo, el espíritu y las emociones. Sabemos que esta respuesta puede convertirse en un problema a largo plazo que nos ponga en riesgo de sufrir problemas de salud y enfermedades. Pero no tiene por qué ser así. El estrés también puede ser un impulso para buscar ayuda, resolver problemas, practicar el perdón y encontrar la paz interior.

El estrés es una respuesta común y normal al cáncer. Veamos algunos aspectos del cáncer relacionados con el estrés. Luego, nos centraremos en lo que puede hacer para lidiar con el estrés y encontrar paz mental, física, emocional y espiritual.

Los miedos que el cáncer conlleva

Hay muchas razones por las que los niveles de estrés se disparan ante la mínima mención de la palabra "cáncer". El cáncer da miedo. Son muchos los miedos relacionados con esta enfermedad, por ejemplo:

Miedo a lo desconocido

Cuando un proveedor de atención médica le diagnostica cáncer, pueden aparecer muchas preguntas en la cabeza: ¿Qué tipo de cáncer es? ¿Por qué me pasa a mí? ¿Voy a morir? ¿Cuánto tiempo de vida me queda? ¿Se puede tratar? El miedo a lo desconocido puede impulsarlo a hacer preguntas y aprender más o puede paralizarlo.

Es posible superar el miedo a lo desconocido. Consulte al equipo de tratamiento del cáncer. Haga preguntas. Tome notas. Pregunte dónde puede obtener más información. ¿Hay sitios web de confianza? ¿Hay libros que pueda leer? Busque respuestas, pero intente no abrumarse con demasiada información.

Miedo al aislamiento

El golpe inicial de un diagnóstico de cáncer puede hacerlo sentir solo e indefenso. Es posible que otras personas, por su propio miedo, se retraigan, lo que aumenta el sentimiento de aislamiento. Pero puede superar esto con un equipo de tratamiento con el que se sienta bien y hablando de lo que siente. Los grupos de apoyo son otra forma muy buena de superar el miedo.

Miedo a fallar

Una de las primeras decisiones a las que puede enfrentarse es la elección del tratamiento. El equipo que lo trate hablará con usted sobre las distintas opciones y le pedirá que decida. ¿Y si elige mal? ¿Y si no funciona? Hablar con la familia y con amigos puede servir. También es posible que le sirva pedir una segunda opinión para sentirse mejor a la hora de tomar la decisión más adecuada.

Este miedo también aparece, a menudo como culpa, si durante el tratamiento parece que progresa poco o nada. Recuerde, hable con los expertos del equipo sobre lo que puede suceder y cómo sabrá si el tratamiento funciona. Debe entender el objetivo del tratamiento. ¿Es para curar el cáncer? ¿Controlarlo? ¿Es para tratar los problemas que está causando? Intente adoptar un rol activo en su propia salud. Intente controlar el miedo todo lo que pueda para tomar las decisiones correctas para usted.

Miedo a la muerte y a morir

Este miedo es común cuando uno se enfrenta a su propia muerte (o a la de un ser querido). Puede estar relacionado con problemas no resueltos que necesita abordar, preocupaciones por las personas a las que abandonará o miedo al proceso de la muerte. ¿Sufrirá? ¿Sentirá dolor?

En nuestra cultura, muchas personas siguen considerando la muerte un tema tabú, y suele ser difícil hablar al respecto. Pero hay medidas que puede tomar para tener el control y prepararse para lo peor. Hacer las paces con usted mismo y con sus seres queridos es el primer paso para afrontar el miedo. Ocuparse de los asuntos legales también puede darle más tranquilidad y facilitar cuestiones a sus seres queridos. Haga un testamento, escriba cartas, haga una lista de contraseñas, cuentas e inversiones. También hable con el equipo de atención médica y con su familia sobre los tratamientos que quiere y los que no. Una buena forma de asegurarse de que se conozcan sus deseos de atención médica si llega un momento en que no pueda expresarlos por sí mismo son las instrucciones médicas anticipadas. Haga algo que realmente le guste y pase tiempo con las personas que quiere.

Signos de estrés

El estrés del cáncer se desarrolla de muchas maneras diferentes. Usted (y los cuidadores) pueden sentirse abrumados, desesperados, enojados, tristes e indefensos. Este tipo de sentimientos son normales y pueden aparecer y desaparecer con el tiempo. Estos son algunos de los síntomas más comunes del estrés. Si afectan su vida diaria o siguen empeorando, pida ayuda al equipo de tratamiento.

El cuerpo

Al principio, el estrés le da energía. Pero cuando no descansa lo suficiente, el estrés puede consumir la energía. Puede sentir cansancio extremo (fatiga). La fatiga que va y viene puede convertirse en un letargo constante que dificulte llevar a cabo las actividades diarias. Pueden surgir dolores de cabeza, alergias, tensión muscular y problemas estomacales o intestinales. El estrés puede desgastar el cuerpo y, de hecho, lo hace.

La mente

El estrés mental va desde el aburrimiento hasta sentirse completamente abrumado. La sobrecarga sensorial (demasiada información) puede confundir el pensamiento. El estrés mental puede provocar confusión, problemas de memoria y una toma de decisiones deficiente.

Las emociones

La variedad de emociones estresantes es grande. Puede haber ira, impaciencia, miedo, frustración, culpa, ansiedad, resentimiento y desesperanza. Si no se resuelven, estas emociones pueden arrastrarlo a una espiral de depresión.

El espíritu

El espíritu se relaciona con las creencias y los valores sobre lo que hace que la vida valga la pena. Suele estar relacionado con las creencias y el significado. Podría vincularse a un poder superior o a una sensación de conexión con una fuerza que supera a la persona. El cáncer puede afectar mucho el espíritu. El estrés que provoca puede afectar los 3 pilares de la espiritualidad humana: las relaciones, los valores y el propósito de la vida.

En las investigaciones actuales se sugiere que la mente y el cuerpo son en realidad 1 sola entidad, no 2 partes separadas. En otras palabras, no hay separación ni división entre la mente, el cuerpo, el espíritu y las emociones. Por lo tanto, intente ocuparse también de la salud espiritual. Es decir, lea escritos espirituales, pase tiempo en la naturaleza, medite o rece o exprese sus pensamientos y sentimientos en un diario.

Manejo del estrés del cáncer

Existen cientos de formas de afrontar el estrés. El objetivo de cada una es reemplazar la ansiedad y el estrés con paz y con una sensación de calma. Estas son algunas ideas para lidiar con el estrés:

Grupos de ayuda

Group of two men and two women talking together.

Busque un grupo de apoyo de personas que vivan cerca de usted y estén haciendo frente al cáncer. Es posible que el equipo de atención médica le sugiera algunos. Los grupos de apoyo en línea también pueden ser una gran forma de conocer y recibir apoyo y ánimos de personas que lidian con el cáncer.

En las investigaciones se demuestra que las personas que pertenecen a un grupo de apoyo son más capaces de afrontar el estrés de la enfermedad. Los grupos de apoyo en línea son un buen comienzo. Pero reunirse en persona con la gente y sentarse a hablar de problemas, dificultades y preocupaciones puede ser curativo desde lo emocional. En los grupos de apoyo se brinda consuelo, información y se levanta la moral. Son una buena forma de aprender de los demás mientras se enfrenta al cáncer.

Humor terapéutico (alivio cómico)

La ira y el miedo son normales (e incluso saludables en pequeñas cantidades). Pero no son saludables cuando se dejan sin resolver durante períodos largos. Las emociones sin resolver pueden inhibir el sistema inmunitario. En la terapia del humor, se usa el poder de la risa y las sonrisas para controlar el estrés.

En los estudios se demostró que mediante la risa se pueden modificar las sustancias químicas del cerebro e incluso reforzar el sistema inmunitario. El humor brinda un descanso de las preocupaciones y de las inquietudes que a menudo se relacionan con el cáncer.

Masoterapia

La tensión muscular es el síntoma número 1 del estrés, independientemente del factor estresante. Con la masoterapia es posible reducir la tensión muscular y emocional. Hay muchos tipos de masaje, como el sueco, el deportivo, la liberación miofascial, el rolfing y el masaje craneosacral. Hable con el equipo de tratamiento sobre el estilo más adecuado para usted.

Quizás alguien del equipo de atención médica o del grupo de apoyo le recomiende un lugar de masajes.

Medicina complementaria e integrada

La medicina complementaria e integrada son tratamientos que no forman parte de la atención médica habitual, pero se usan junto con el tratamiento médico estándar. El campo de la medicina complementaria e integrada está repleto de muchas formas de curación. El propósito de todas ellas es mejorar la salud y el bienestar de la mente, del cuerpo, del espíritu y de las emociones. Hable con el equipo de atención médica antes de usar métodos de medicina complementaria e integrada.

Meditación

La autoconversación, la quietud y la concentración pueden servir de mucho para calmar la mente y relajar el cuerpo. Se descubrió que reduce el dolor crónico, disminuye la presión arterial, reduce las hormonas del estrés y mejora el estado de ánimo. Por ejemplo, en los estudios se demuestra que la oración permite encontrar paz mental y curación espiritual. Permite sentirse conectado con un universo mayor. Además, repetir palabras o frases puede despejar la mente y reducir el estrés. La meditación puede ser autoguiada o guiada por otros. Es segura y cualquier persona puede hacerla.

Alimentación saludable

No se debe subestimar la conexión entre la alimentación y la salud. Hay una avalancha de dietas especiales en el mercado que se suponen mejoran la salud. Pero tan solo con comer alimentos equilibrados, el sistema inmunitario se mantiene sano, se obtiene energía y se mejora la curación. Sin embargo, puede ser muy difícil comer bien cuando se lidia con el cáncer. Las siguientes son algunas sugerencias:

  • Coma más frutas y verduras. Pruebe con jugos, purés y batidos.

  • Coma alimentos con alto contenido proteico y bajos en grasas. El pollo y el pescado están llenos de proteína. La leche y los quesos bajos en grasa, los frutos secos y la soja son otras buenas fuentes de proteína.

  • Recuerde mantenerse hidratado. El agua y los líquidos son vitales para la salud. Esto puede ser muy importante si está perdiendo líquidos a causa de vómitos o diarrea. El objetivo en la mayoría de las personas es beber ocho vasos de 225 ml (8 onzas) de agua al día. Hable con el equipo de tratamiento sobre la cantidad que debería beber.

El cáncer y los tratamientos pueden cambiar la manera en que come. Pueden quitarle las ganas de comer y cambiar la forma en que el cuerpo usa y tolera los alimentos. Hable con el equipo de atención médica sobre cualquier problema para comer que tenga.

Suplementos alimenticios

Muchas personas con cáncer piensan en consumir medicamentos a base de hierbas, vitaminas y otros suplementos. Y tienen personas en su entorno que les recomiendan ciertos productos. Si bien algunos pueden ser seguros, hay otros que quizá no lo sean. Y algunos pueden causar daños al interferir con la cirugía, la quimioterapia o la radioterapia. Es muy importante que hable con el equipo de atención médica antes de empezar a tomar cualquier tipo de suplemento. Le dará ayuda para elegir las opciones seguras.

Lo más importante

No hay dudas de que el cáncer puede ser muy estresante. Pero puede encontrar paz, equilibrio y consuelo con algunas de las ideas que se describieron aquí. Hay muchas más opciones que no se mencionaron.

Hable con el equipo de tratamiento del cáncer sobre cualquier problema o preocupación que tenga. Una buena atención del cáncer implica cuidar todo el cuerpo, la mente y el espíritu. El equipo de atención lo puede ayudar a lidiar con los cambios que conlleva el cáncer.

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