Diagnóstico de problemas de la glándula tiroides
Su proveedor de atención médica sospecha que tiene un problema en la glándula tiroides. En muchos casos, los problemas de la glándula tiroides son fáciles de diagnosticar. Es probable que su proveedor de atención médica evalúe su historia clínica, le haga un examen físico y le indique que se realice análisis de sangre. También es posible que necesite otras pruebas. Según los resultados, el proveedor de atención médica puede derivarlo a un especialista en hormonas (endocrinólogo) o a un cirujano.
Historia clínica
Su proveedor de atención médica le preguntará sobre sus antecedentes médicos. Infórmele lo siguiente:
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Si tiene cambios en la temperatura corporal, el ritmo cardíaco, el peso y el nivel de energía
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Si toma algún medicamento o suplemento
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Si alguna vez le realizaron una cirugía de la glándula tiroides
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Si tiene antecedentes familiares de problemas de la glándula tiroides
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Si está embarazada o tiene intenciones de quedar embarazada
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Si alguna vez recibió tratamiento con radiación en la cabeza o el cuello
Exploración física
Después de evaluar su historia clínica, el proveedor de atención médica le realizará un examen físico. Le palparán el cuello para determinar si la glándula tiroides cambió de forma o tamaño. Además, el proveedor puede examinar si hay alteraciones en la frecuencia cardíaca, los reflejos, la fuerza muscular o la textura de la piel.
Análisis de sangre
El proveedor de atención médica emitirá una orden para que se realice análisis de sangre. Pueden incluir lo siguiente:
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Prueba de TSH. Esta prueba mide la cantidad de hormona estimulante de la tiroides (TSH, por sus siglas en inglés) que produce la glándula pituitaria. Determina si el funcionamiento de la glándula tiroides es normal, hiperactivo (hipertiroidismo) o deficiente (hipotiroidismo).
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Pruebas de T3 y T4. Estas determinan la cantidad de hormona tiroidea T3 y T4 en la sangre. Dichos exámenes pueden ayudar a diagnosticar el hipertiroidismo o el hipotiroidismo.
Otras pruebas
Según los resultados del examen físico y de los análisis de sangre, es posible que deba realizarse otras pruebas. Pueden incluir lo siguiente:
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Pruebas de anticuerpos antitiroideos. Son análisis de sangre para determinar si hay problemas en el sistema inmunitario. Suelen realizarse si se sospecha de hipotiroidismo o hipertiroidismo.
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Ecografía. En esta prueba, se utilizan ondas de sonido para tomar imágenes donde se muestra el tamaño y la forma de la glándula tiroides. La prueba suele realizarse si se sospecha la existencia de un bulto en la glándula tiroides (nódulo) o de un agrandamiento de la glándula tiroides (bocio).
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Prueba de captación de yodo radioactivo. En esta prueba, se mide la cantidad de yodo que absorbe la glándula tiroides. Suele realizarse para detectar hipertiroidismo.
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Gammagrafía tiroidea. Es una prueba de diagnóstico por imágenes donde se muestra si una parte de la glándula tiroides producen demasiadas hormonas tiroideas. Suele realizarse para detectar hipertiroidismo. También, para evaluar bultos o nódulos en la tiroides.
Aspiración con aguja (FNA)
Si tiene un nódulo, le realizarán una aspiración con aguja. Es un tipo de biopsia. Una biopsia es un procedimiento en el que se extrae una muestra pequeña de tejido. La FNA es la mejor prueba para determinar si las células de la glándula tiroides son cancerosas. El proveedor de atención médica utiliza una aguja para extraer células de la glándula tiroides. Luego, las células se analizan con un microscopio. Si el proveedor sospecha que puede tener cáncer, es posible que deba realizarse otras pruebas. Otras pruebas sirven para diagnosticar el tipo de cáncer. La FNA no suele acarrear riesgos ni complicaciones. Sin embargo, puede causar molestias leves, hemorragia e infección en la piel.
Revisor médico: Raymond Kent Turley BSN MSN RN
Revisor médico: Rita Sather RN
Revisor médico: Robert Hurd MD
Última revisión:
3/1/2022
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